Una empresa que en solo
15 años llega a ser la sexta empresa más
grande de Estados Unidos, con más de 21.000 empleados en 40 países y con un
valor en bolsa de alrededor de los 80.000 millones de dólares, es una empresa
que resulta desconcertante para muchos analistas; pero si la misma empresa
termina rebajando el valor de sus acciones a solo 0,2% de su valor inicial y de
esos 80.000 millones solo se queda en 100 millones y todo en cuestión de días…el
desconcierto es aún más grande. ¿ Sabéis ya de que empresa hablamos no?
Nada más y nada menos que de Enron,
aquella gran empresa, cuya bancarrota será recordada durante muchos años como
el mayor fracaso de empresa.
¿Qué
era Enron?
Enron
fue uno de esos milagros empresariales que nació en 1985 como una empresa
convencional productora de energía en Texas y que en muy pocos años se
convirtió en comercializadora de energía participando en gran parte del mercado
energético mundial. Enron era dueña
de plantas generadoras de energía, distribuidoras de gas y otras unidades
involucradas en el suministro de servicios a consumidores y empresas. También
fue pionera en la compra y venta de energía como si fueran acciones o bonos. La
revista Fortune incluso la mantuvo durante 6 años consecutivos como “la empresa
más innovadora” de Estados Unidos.
Entonces ¿cómo llega a
su fin el gran sueño americano para una empresa con dichas características que
además contaba con el apoyo político del país? (Enron recibió ayudas del Estado y subvenciono las campañas
políticas de muchos senadores y congresistas).
El
Fraude de Enron
Kenneth Lay y a Jeffrey
Skilling los directivos de Enron eran personas ambiciosas que basaron la
mayoría de las operaciones comerciales de Enron en transacciones comerciales
complejas asociadas a negocios futuros. Pero no quisieron reconocer que dichas
apuestas a precios energéticos futuros estaban perdiendo dinero, así que para
disfrazar las perdidas, crearon una red de sociedades fantasmas que mantenían
las perdidas fuera de los balances generales de la compañía. ¿El resultado?
Unos falsos beneficios que hincharon el valor de las acciones.
Esta gráfica muestra lo plana que era la trayectoria de la empresa hasta 1999, el
año en que Enron se sumó a la irracionalidad del exceso de contabilidad creativa apelando a la
manipulación de los precios del mercado.
Pero también muestra
otra cosa: El resultado de mentir descaradamente; cuando la empresa informo de
sus resultados en el tercer trimestre del 2001, se revelo un enorme agujero,
Enron tenía menos beneficios y mucha más deuda de lo que había dicho,
ocasionando una aguda depresión en el precio de sus acciones. El resultado
final fue la quiebra de una de las mayores empresas energéticas del mundo,
dejando 31.800 millones en deudas y dejando en la calle a 21.000 personas en
todo el mundo y como efecto colateral el final de Arthur Andersen Consulting.
Enron nos deja dos
lecciones: Optimismo ciego y arrogancia no son buenos acompañantes de las
decisiones empresariales y aunque la imagen corporativa es muy importante, no
debe ser más importante que la necesidad de darle transparencia a la empresa,
puesto que al final de todo son sus cuentas las que realmente hablan de triunfo
o fracaso empresarial.
Si queréis saber mas sobre el tema, os dejamos este interesante documental de Alex Gibney estrenado en 2005. y que trata el crecimiento, fraude y caída de Enron.