lunes, 25 de febrero de 2013

Enron y el fin del sueño americano




Una empresa que en solo 15 años llega  a ser la sexta empresa más grande de Estados Unidos, con más de 21.000 empleados en 40 países y con un valor en bolsa de alrededor de los 80.000 millones de dólares, es una empresa que resulta desconcertante para muchos analistas; pero si la misma empresa termina rebajando el valor de sus acciones a solo 0,2% de su valor inicial y de esos 80.000 millones solo se queda en 100 millones y todo en cuestión de días…el desconcierto es aún más grande. ¿ Sabéis ya de que empresa hablamos no? Nada más y nada menos que de Enron, aquella gran empresa, cuya bancarrota será recordada durante muchos años como el mayor fracaso de empresa.


¿Qué era Enron?

Enron fue uno de esos milagros empresariales que nació en 1985 como una empresa convencional productora de energía en Texas y que en muy pocos años se convirtió en comercializadora de energía participando en gran parte del mercado energético mundial. Enron era dueña de plantas generadoras de energía, distribuidoras de gas y otras unidades involucradas en el suministro de servicios a consumidores y empresas. También fue pionera en la compra y venta de energía como si fueran acciones o bonos. La revista Fortune incluso la mantuvo durante 6 años consecutivos como “la empresa más innovadora” de Estados Unidos.
Entonces ¿cómo llega a su fin el gran sueño americano para una empresa con dichas características que además contaba con el apoyo político del país? (Enron recibió ayudas del Estado y subvenciono las campañas políticas de muchos senadores y congresistas).

El Fraude de Enron

Kenneth Lay y a Jeffrey Skilling los directivos de Enron eran personas ambiciosas que basaron la mayoría de las operaciones comerciales de Enron en transacciones comerciales complejas asociadas a negocios futuros. Pero no quisieron reconocer que dichas apuestas a precios energéticos futuros estaban perdiendo dinero, así que para disfrazar las perdidas, crearon una red de sociedades fantasmas que mantenían las perdidas fuera de los balances generales de la compañía. ¿El resultado? Unos falsos beneficios que hincharon el valor de las acciones.













Esta gráfica  muestra lo plana que era  la trayectoria de la empresa hasta 1999, el año en que Enron se sumó a la irracionalidad del exceso de  contabilidad creativa apelando a la manipulación de los precios del mercado.
Pero también muestra otra cosa: El resultado de mentir descaradamente; cuando la empresa informo de sus resultados en el tercer trimestre del 2001, se revelo un enorme agujero, Enron tenía menos beneficios y mucha más deuda de lo que había dicho, ocasionando una aguda depresión en el precio de sus acciones. El resultado final fue la quiebra de una de las mayores empresas energéticas del mundo, dejando 31.800 millones en deudas y dejando en la calle a 21.000 personas en todo el mundo y como efecto colateral el final de Arthur Andersen Consulting.

Enron nos deja dos lecciones: Optimismo ciego y arrogancia no son buenos acompañantes de las decisiones empresariales y aunque la imagen corporativa es muy importante, no debe ser más importante que la necesidad de darle transparencia a la empresa, puesto que al final de todo son sus cuentas las que realmente hablan de triunfo o fracaso empresarial.

Si queréis saber mas sobre el tema, os dejamos este interesante  documental de Alex Gibney estrenado en  2005. y que  trata el crecimiento, fraude y caída de Enron.

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Frase de la semana

Si nos levantamos temprano, y sin reproches, somos imparables. Tengo pasión por mi oficio, ese es el secreto.

Josep Guardiola.