Hasta ahora los casos que hemos
explicado en este blog han ocurrido en distintos momento del tiempo, algunos ocurrieron hace décadas
como el de Coca-Cola o Kodak, otros más actuales han ocurrido en estos últimos
años, como el de la Noria o Nokia, pero el de hoy es distinto a todos en lo que
al tiempo se refiere. En nuestra opinión es muy interesante y por ello creo que
se merece una entrada en nuestro magnífico blog. En esta entrada nos remontamos
al siglo pasado, concretamente a la década de 1870 y trataremos un caso
referente a la empresa Western Union.
Esta empresa norteamericana fundada
en 1851 actualmente ofrece varios servicios referentes a transferencias de
dinero. Para los que no conozcan esta empresa debemos aclarar que no hablamos
de una cualquiera, sus beneficios en 2005 rondaban los 3000 millones de dólares
anuales y en la actualidad la empresa sigue funcionando sin problemas.
Muchos pensareis “Con lo curioso
que se presentaba remontarse a 1870 y lo actual que es hablar de transferencias
de dinero”. Pues tranquilos que Western Union aunque ofrecía el servicio de las
transferencias de dinero desde 1871 empezó a centrarse en éstas en 1879 justo después de cometer el error del
que hablaremos.
La Western Union a principios de la década de 1870 tenía un monopolio muy poderoso en Estados Unidos, el telégrafo. En la época era la manera más utilizada de comunicarse a distancia y Western Union al tener el monopolio, era una de las empresas más importantes del momento. El telégrafo era algo increíble, una forma de comunicarse inmejorable pero un buen día un hombre llamado Graham Bell poseedor de una patente de un aparato innovador llamado teléfono se presentó en la sede de la empresa y les expuso lo que aquel aparato el cual él había patentado(no inventado como muchos creen http://es.wikipedia.org/wiki/Telefono) era capaz de hacer, y les ofreció la patente para que ellos pudieran explotarlo por 100.000 dólares.
La Western Union a principios de la década de 1870 tenía un monopolio muy poderoso en Estados Unidos, el telégrafo. En la época era la manera más utilizada de comunicarse a distancia y Western Union al tener el monopolio, era una de las empresas más importantes del momento. El telégrafo era algo increíble, una forma de comunicarse inmejorable pero un buen día un hombre llamado Graham Bell poseedor de una patente de un aparato innovador llamado teléfono se presentó en la sede de la empresa y les expuso lo que aquel aparato el cual él había patentado(no inventado como muchos creen http://es.wikipedia.org/wiki/Telefono) era capaz de hacer, y les ofreció la patente para que ellos pudieran explotarlo por 100.000 dólares.
Los directivos de Western Union,
cegados por lo increíble que les parecía su querido telégrafo le dieron una
palmadita en la espalda a Graham Bell alegando que este artilugio no tenía
ningún futuro. Es posible que durante unos años los ejecutivos de Western Union
se rieran del loco que les quiso vender algo llamado teléfono por 100.000
dólares, pero poco les duraron las risas por los pasillos o con el café, porque
pocos años después del ofrecimiento, Bell en 1878 fundó Bell
Telephone Company con la ayuda de su suegro y, ¿A que no sabéis que pasó en
1879? Western Union tuvo que abandonar su negocio más preciado y se centró en
la transferencia de dinero, negocio en el cual supo actuar y sobrevivir y de
qué manera hasta la actualidad.
Finalmente
reflexionando sobre el caso, creo que es importante darse cuenta que no debemos
cegarnos con algún proyecto, producto o servicio por muy bien que funcione en
su momento y menos hoy en día, porque la tecnología avanza rápidamente y lo que
hoy es muy innovador, mañana puede estar ya desfasado.
Wester Union nos recuerda al caso de Kodak, éxito presente no predice éxito futuro. Esto
es aplicable sobre todo en el mundo tecnológico, un producto que funciona muy
bien hoy, no tiene porque funcionar igual de bien o simplemente funcionar mañana.
Wester Union ha sobrevivido y es una gran empresa a día de hoy, pero podría haber
sido aun más grande, si sus ejecutivos no hubiesen sufrido miopía empresarial.
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